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El primer paso consiste en comprar una buena sillita orinal o un asiento especial que se acople al inodoro de tu baño. Si además compras libros infantiles o videos sobre el tema, seguro que despertarás aún más el interés de tu niño.
Cuando te decidas a empezar, haz que tu niño se siente completamente vestido en su orinal una vez al día, después de desayunar o antes de bañarse. Así se irá acostumbrando al orinal y empezará a aceptarlo como parte de su rutina diaria. Si no quiere, no te preocupes, lo importante es no forzarle. Si esto ocurre, lo mejor es guardar su orinal o por lo menos dejarlo a un lado por algunas semanas o un mes, y luego volver a intentarlo.
No intentes explicarle todavía por qué debe hacerlo, por ahora, tu único objetivo es que se acostumbre a su orinal. Por lo tanto, asegúrate de colocarlo en un lugar accesible y conveniente. Como es portátil, puedes llevarlo al jardín o al salón donde suele jugar el niño.
Una vez que tu niño ya esté plenamente acostumbrado a sentarse vestido en su orinal, el siguiente paso es lograr que lo haga sin el pañal. Ésta es la etapa en que empezarás a explicarle como lo hacen mamá y papá todos los días.
Los niños aprenden imitando a los adultos, asi que aprenderá a usar el inodoro viéndote hacerlo. Lo más fácil es que empiece a hacerlo sentadito, y que más adelante papá le enseñe a hacer pipí de pie.
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