viernes, 29 de marzo de 2013

Masaje infantil

El masaje infantil consigue calmar a los niños, fomenta la resistencia de su organismo, que tengan un sueño tranquilo y un desarrollo psíquico positivo. Los masajes son uno de los momentos preferidos de los bebés. Durante el masaje los pequeños sienten una sensación muy agradable porque no se trata sólo del contacto de pieles, sino también de percibir sensaciones a través del oído, el olfato y la visión. Si el masaje forma parte de una rutina diaria, el bebé sabrá, por ejemplo, que después del baño y antes de que le pongan su ropita, alguien (sea la madre o el padre u otra persona) le proporcionará este momento tan esperado. Al oír a su madre extenderse el aceite o la crema por las manos, el bebé ya se sentirá preparado para vivir la agradable experiencia del masaje. En estos breves minutos, el bebé encontrará la paz y disfrutará de un enorme placer. A la mayoría de los bebés les encantan el contacto físico y no es de extrañar que los masajes tengan un efecto tan calmante y relajante para ellos.

Masajes en bebés y niños

Nada mejor que un masaje para cuidar de tu bebé, para relajarle y demostrarle todo tu cariño y amor. El masaje terapéutico para los niños recibe el nombre de Shantala. Su origen está en la India. El doctor francés F. Leboyer, después de observar cómo una madre masajeaba a su bebé, quedó fascinado con la fuerza de los movimientos y los beneficios que esa práctica tenía en los bebés. Decidió importar esas técnicas a Occidente y bautizar la secuencia de los movimientos con el nombre de aquella madre, Shantala. Según Leboyer, ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados, etc., es algo tan indispensable para los niños pequeños como las vitaminas, sales minerales y proteínas.

¿Llevamos al niño al pediatra o a Urgencias?

Cuando el niño presenta fiebre alta siempre es preciso llevarle al pediatra, pero debemos acudir a Urgencias cuando veamos que el niño respira con dificultad, ha tenido convulsiones, está muy decaído, adormilado o irritable, o presenta manchas en la piel.

La fiebre por encima de 38 ºC en niños y bebés

No hay que alarmarse porque hasta los 39 ºC se considera moderada. En este caso, conviene administrar al niño la dosis adecuada de paracetamol o ibuprofeno, continuar con la administración de líquidos y bañar al niño llenando con agua templada un tercio de la bañera. El baño debe durar unos 30 minutos, mientras le mojamos con una esponja suave empapada en agua, hasta comprobar que la temperatura sea inferior a 38,9 ºC.

La fiebre de menos de 38 ºC en niños y bebés

No es recomendable bajar la fiebre cuando no sobrepasa los 38 ºC, ya que supone una defensa corporal para el niño que el ayuda a combatir la infección. Si el niño se encuentra bien, a pesar de la fiebre, no debemos usar medicamentos antitérmicos. En el caso de que se encuentre mal, se puede usar paracetamol y cuando estemos en casa conviene ofrecerle con frecuencia líquidos (agua, caldo o bebidas azucaradas) y quitarle la ropa de abrigo.

La temperatura de la fiebre y sus diferencias en los niños

La fiebre se detecta mediante un termómetro de mercurio que se coloca bien en la axila o en el recto. Actualmente, también existen termómetros digitales que toman la temperatura al niño en la axila o en la frente. En cualquier caso, debemos tener en cuenta que el niño está febril cuando la temperatura en la axila supera los 37,5 ºC o los 38 ºC en el recto. Hasta los 39 ºC la fiebre se considera moderada y a partir de los 39 ºC hablamos de fiebre alta.
Cuando la temperatura es superior a 40 ºC o se produce un cambio brusco de la temperatura corporal en el niño, puede sufrir convulsiones. Por otra parte, la baja temperatura no tiene importancia salvo en los recién nacidos.

Qué es la fiebre y cómo se baja en los niños y bebés

La fiebre es un aumento de la temperatura corporal que sirve para que nuestro organismo luche contra las infecciones. Cuando nuestro cuerpo activa sus defensas contra los gérmenes sube la temperatura corporal, por tanto, la fiebre no es nuestro enemigo, sino nuestro aliado, y lo importante no es reducirla, sino averiguar por qué se produce.
Para determinar cuál es la causa que produce la fiebre es imprescindible observar los síntomas que presenta el niño. Generalmente, la fiebre aparece en los niños por dolencias leves como infecciones de las vías respiratorias (resfriados, gripe, faringitis), del aparato digestivo (gastroenteritis, deshidratación
)...


Cuándo ir la médico con un bebé o niño deshidratado

- La diarrea es grave o dura más de 2 ó 3 días.
- La diarrea contiene sangre o mocosidad.
- La diarrea recurre una y otra vez o el niño está perdiendo peso.
- El niño presenta signos de deshidratación (llame inmediatamente).
- La diarrea está acompañada por múltiples episodios de vómitos, fiebre o cólicos abdominales.

Diarrea infantil: consejos para padres

1. Muchos niños desarrollan intolerancia a la lactosa de forma leve y temporal. Continuar con productos lácteos puede prolongar la diarrea,

2. El apetito normal es, muchas veces, el último comportamiento en normalizarse después de una enfermedad y los niños deben tener la oportunidad de retomar, sin prisa, sus hábitos alimenticios normales. No hay una dieta específica para combatir la diarrea, pero los niños suelen tolerar mejor las comidas blandas cuando tienen el intestino irritado.

3. El consumo de líquidos es muy importante, porque un niño con diarrea se deshidrata fácilmente. La deshidratación es una afección grave en los bebés y en los niños, que conlleva la pérdida de neuronas y los niños pueden reponer los líquidos (rehidratarse) bebiendo.

4. Cuando la deshidratación sea grave será necesario administrar líquidos por vía intravenosa. Los líquidos administrados por vía i.v. también corrigen más rápido la deshidratación.

5. La diarrea causada por antibióticos puede reducirse dando al niño yogur con lactobacilos o bífidus activos vivos. Si la diarrea persiste, consulte con su médico el posible cambio o suspensión del antibiótico. No se debe suspender el tratamiento antibiótico sin consultar con el pediatra del niño para evitar crear resistencias no deseables a los antibióticos

Tratamiento y prevención de la diarrea en los niños y bebés

Durante el tratamiento de la diarrea es fundamental que el bebé o el niño no consuma alimentos que contengan azúcares, grasas o que sean flatulentos. El peligro de la diarrea es la deshidratación del niño, por lo que es preciso que ingiera líquidos y vigilemos su aspecto. Si el bebé es un lactante que se alimenta de leche materna, conviene no suspender la leche materna y suministrar al niño suero oral cada media hora.
Debemos acudir al pediatra si el niño presenta dolor abdominal durante más de 3 horas, si los vómitos se mantienen durante 12 horas en los niños o durante 6 horas en los bebés, si la diarrea es prolongada en el tiempo o si orina a menudo. También es importante observar si la diarrea infantil se debe a la reacción de algún alimento, está relacionada con alguna alergia o intolerancia. Además, el pediatra pondrá el tratamiento de rehidratación adecuado en caso de que presente llanto sin lágrimas, pérdida de peso y sed extrema.
En general, se recomienda seguir suministrando los alimentos normalmente. Anteriormente, se aconsejaba como tratamiento dejar descansar los intestinos, pero la teoría actual sugiere que se continúe con la alimentación, con una dieta blanda por ejemplo, ya que así la diarrea será más fácil de tratar. La mayoría de los niños pueden reponer los nutrientes que pierden por la diarrea si aumentan la cantidad de comida y bebida ingerida.

Causas de la diarrea infantil en los niños y bebés

En los bebés, la diarrea infantil puede aparecer por la introducción de nuevos alimentos en su dieta, alguna medicina o por gastroenteritis. Mientras que en los niños, la diarrea infantil puede asociarse a la alimentación, al estrés, a una ingesta excesiva de fibra, a ciertas medicinas o a una gastroenteritis.

Diarrea infantil

La diarrea infantil es una enfermedad que se caracteriza por el aumento del número de veces que el niño evacua y por la disminución de la consistencia de las evacuaciones. Las heces pueden ser blandas, líquidas o semi-líquidas. Durante la duración de la diarrea infantil puede que el niño presente fiebre o vómitos y ésta se debe a que el intestino está irritado. Esta irritación hace que la comida circule deprisa y que no se pueda absorber bien el agua de los alimentos. Por eso, las heces tienen ese aspecto y hay riesgo de deshidratación.