domingo, 5 de diciembre de 2010

Vómitos en bebes


Cuanto más pequeños son, mayor es la facilidad que tienen los niños para vomitar y también mayor el número y variedad de trastornos que lo pueden ocasionar, de modo que en el bebé, un vómito puede ser un incidente sin la menor importancia o también el signo de un problema grave. Pero independientemente de su causa, cuando son irrefrenables, añaden el riesgo de deshidratación, pues el bebé no sólo pierde líquido, sino que el mismo vómito impide su reposición. Por eso, si vomita repetidamente la leche y en tanto no sea visto por el pediatra, se le debe ofrecer un líquido azucarado, por ejemplo una infusión de manzanilla o simplemente agua con azúcar, a cucharaditas, pero si no tolera ni siquiera pequeñas cantidades de líquido, debe ser atendido urgentemente.

También es urgente consultar si el vómito es amarillo-verdoso o contiene sangre. El color verde es debido a la presencia de bilis, y aunque en los niños mayorcitos eso no es en sí mismo tan alarmante, en el recién nacido obliga a descartar una obstrucción intestinal. La sangre, que pude tener su color rojo natural o verse negra, dando al material vomitado un aspecto que recuerda a los posos del café, quizá haya sido tragada en el parto o proceda de un pezón con grietas, pero también podría indicar una hemorragia en el tubo digestivo del bebé, por lo que conviene advertir inmediatamente al pediatra.

En general, un vómito aislado no tiene trascendencia ni suele responder a nada grave. El primer día es muy habitual que el recién nacido vomite las mucosidades y secreciones que han llegado a su estómago y, más adelante, si comen demasiado o con tanta avidez que tragan mucho aire, es lógico que devuelvan la toma. En ese momento, es posible que el bebé se ponga algo pálido y parezca mareado, pero si no hay otro problema, debe recuperar enseguida su buen aspecto. Los vómitos son muy aparatosos y siempre da la sensación de que han devuelto todo lo que comieron, lo cual no suele ser cierto; pero si el niño llora al poco rato porque tiene hambre, no hay inconveniente en probar a darle de comer de nuevo.

El significado de los vómitos repetidos depende mucho del contexto y las circunstancias que les acompañan. Durante los primeros días de vida, pueden ser el signo de una obstrucción congénita del tubo digestivo, que se manifestará también por la ausencia de meconio y heces; pero los vómitos son también uno de los síntomas principales de muchas raras enfermedades del metabolismo, y la relación de causas de vómito en el lactante es casi inacabable, yendo desde otitis, infecciones de orina, meningitis y casi cualquier infección, a invaginaciones intestinales y apendicitis, pasando desde luego por las clásicas gastroenteritis y muchas enfermedades más o menos raras que se acompañan de sus propios síntomas.

En cambio, si se exceptúan los que se presentan en las fases iniciales de las gastroenteritis, cuando todavía no ha aparecido la diarrea, los vómitos repetidos como único síntoma son raros; en su presencia, el pediatra siempre piensa en una “estenosis hipertrófica de píloro”, una enfermedad relativamente frecuente en la que el píloro del niño, es decir, el canal de salida de su estómago, se va estrechando como consecuencia de la hipertrofia de su musculatura, lo que se produce por causas desconocidas.

Este problema, que afecta más a primogénitos varones, se empieza a poner de manifiesto alrededor de la segunda semana de vida, cuando la obstrucción progresiva empieza a impedir el vaciado del estómago y a provocar vómitos explosivos en un niño que, por lo demás, no sólo no tiene inicialmente ningún aspecto de enfermedad, sino que muestra evidentes y crecientes signos de hambre. Una ecografía suele ser suficiente para diagnosticarlo y se resuelve con una intervención quirúrgica bastante sencilla.

Problemas en el desarrollo del bebé

Una causa conlleva a la otra, pero no son iguales. Son el aumento lento del peso y el retraso del crecimiento problemas serios en el desarrollo del bebé.

Cuidar el desarrollo del bebé

Cuidar el desarrollo del bebé

Una buena alimentación en el período de la lactancia, previene muchos males en el bebé.

Pero si la madre ha tenido un grave descuido en esta etapa, el bebé puede tener un aumento lento del peso y un retraso del crecimiento. Conozca las siguientes características que distinguen estos dos descuidos:

Aumento lento del peso

Mamadas frecuentes e ineficientes, aumento de peso constante y continuo, aunque no alcanza el promedio.



  • El bebé succiona y traga la leche activamente, el reflejo de expulsión de la leche se activa regularmente.
  • Orina de color pálido, seis o más pañales mojados al día.
  • Deposición blanda o granulosa, la frecuencia está dentro de lo normal. El bebé está alerta y activo.

Retraso del crecimiento en el bebé menor de un mes de edad

  • El bebé sigue bajando de peso aún después de diez días.
  • La pérdida de peso a los 7-14 dias es superior al 10 % respecto del peso al nacer
  • El bebé no vuelve a alcanzar su peso de nacimiento a las dos o tres semanas.
  • Poco o nada de crecimiento en longitud ni en la circunferencia de la cabeza,signos de desnutrición y deshidratación
  • Peso por debajo del percentil 10 al mes de nacido,
  • Rechazo a ser alimentado desde el nacimiento .

Una causa conlleva a la otra, pero no son iguales. Son el aumento lento del peso y el retraso del crecimiento problemas serios en el desarrollo del be

Una causa conlleva a la otra, pero no son iguales. Son el aumento lento del peso y el retraso del crecimiento problemas serios en el desarrollo del be

La Unión Europea prohíbe los biberones con bisfenol-A


En varias ocasiones en Bebés y más hemos tocado el tema del bisfenol-A, pues cada cierto tiempo sale alguna noticia relacionada con este compuesto químico del policarbonato o se reabre el debate acerca de su peligrosidad.

La Unión Europea ha decidido prohibir a partir de marzo de 2011 la producción de biberones con bisfenol A, un compuesto usado en la fabricación de plástico para alimentos, y su comercialización e importación a partir de junio.

Se suma de este modo a otros países que ya han prohibido este producto, como Canadá, que fue el primer país en considerar producto tóxico al bisfenol-A, Australia o varios Estados de Estados Unidos.

Los expertos de los países de la Unión Europea encargados del tema llegaron a un acuerdo por mayoría sobre una proposición de la Comisión Europea para prohibir el bisfenol A en los biberones, según ha indicado el ejecutivo europeo en un comunicado.

Según el comisario europeo encargado de la Salud y el Consumo, John Dalli, que junto a otros expertos llevan meses considerando la idoneidad o no del bisfenol-A y consultando estudios previos,

Es una buena noticia para los consumidores y para las familias europeas, que pueden estar seguras de que a partir de mediados de 2011, los biberones en plástico no contendrán bisfenol A.

Francia y Dinamarca decidieron ya unilateralmente prohibir la fabricación y la comercialización de biberones de plástico que contengan bisfenol A. De momento, desconocemos si el compuesto seguirá utilizándose en otros plásticos destinados a contener alimentos, como determinados recipientes o tazas…

En España, de momento siguen comercializándose biberones fabricados con este compuesto químico, aunque también existen ya varias marcas que fabrican biberones sin bisfenol-A. En cualquier caso, si no estamos seguros de si los biberones que tenemos en casa contienen bisfenol-A, conviene no calentarlos en exceso, pues la peligrosidad del compuesto surge cuando se eleva su temperatura

La lactancia materna con pequeñas tomas de gluten podrían prevenir la enfermedad celíaca


Un proyecto patrocinado por la Unión Europea que investiga desde hace cuatro años la forma de prevenir la intolerancia al glúten está estudiando la posibilidad de que la lactancia materna combinada con pequeñas tomas de gluten podría prevenir la enfermedad celíaca.

Es la intolerancia alimentaria más frecuente en la Unión Europea y cada vez más entre los niños, así que cualquier forma de frenarla sería muy esperanzador para los padres.

‘Prevenir la Enfermedad Celíaca’ es una investigación que se está llevando a cabo con 1.200 niños de diez países de la UE e Israel cuyo obejtivo es comprobar si con una dosificación controlada del gluten más la lactancia materna se puede evitar la enfermedad celiaca antes de que se desarrolle.

El bebé puede estar predispuesto genéticamente a padecer la enfermedad, pero es el factor ambiental, concretamente el consumo de gluten, lo que desencadena la celiaquía, por eso se cree que su introducción controlada mientras se da lactancia materna podría evitar que se manifestase.

Cada vez hay más acuerdo en que lo importante no es retrasar la edad de introducción del gluten, sino prolongar la lactancia materna. Incluso se ha asociado el retirar el pecho antes de los seis meses con un mayor riesgo de ser celíaco.

Según han comentado los expertos, “la lactancia es muy importante, a los niños que tienen más lactancia materna, los protege de tener la enfermedad, no indefinidamente, pero sí más tiempo, algunos años”.

Hoy por hoy, la enfermedad celíaca no se puede prevenir ni curar. Aunque se ha informado deldesarrollo de una vacuna, este es un tratamiento relativamente sencillo de implementar que podría dar buenos resultados.

Por eso, sugieren introducir pequeñas cantidades de gluten poco a poco mientras se está tomando lactancia materna. Alternar papillas de cereales con gluten entre las tomas de pecho, en lugar de cortar radicalmente la leche materna podría ser una buena forma de prevenir la enfermedad celíaca.

Seis ideas falsas acerca de las vacunas


Podríamos sumar a las diez cosas que debemos saber sobre las vacunas las seis ideas falsas extendidas sobre la vacunación, señaladas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos y que la Organización Mundial de la Salud reproduce en sus páginas para informar a profesionales y padres preocupados por el tema.

Es habitual escuchar opiniones en contra de la vacunación, más o menos argumentadas, y es que cuando los padres sentimos que nos “imponen” algo para la salud de nuestros hijos consideramos que se está produciendo una intromisión.

Y no está mal que los padres nos informemos al respecto, y no creamos a ciegas todo lo que nos proponen (en ningún ámbito), aunque tampoco deberíamos caer en ideas falsas que, como vemos, están bastante extendidas en una especie de “rumorología” sin fundamento real.

Por lo que conozco a algunos profesionales de la salud, se produce cierto choque cuando unos padres acuden a la consulta del Pediatra y se oponen a vacunar a su bebé. La confianza entre el médico y la familia se ve menoscabada, creo que en parte porque, en ocasiones, unos y otros se niegan a escuchar sus argumentos.

Esto lo he vivido en mi propia experiencia cuando no hemos puesto ciertas dosis de vacunas no incluidas en el calendario de nuestra Comunidad, y eso que no eran de las “obligatorias”. Afortunadamente, el pediatra es bastante respetuoso aunque eso no me impedía notar su desacuerdo con nuestra decisión.

El objetivo de uno y otro, pediatras y padres, no debería ser convencerse mutuamente, pero sí el especialista está en la obligación de ofrecer una información veraz y completa para que los progenitores puedan adoptar una decisión informada.

También sería sumamente positivo que el pediatra escuchara y tratara de comprender las preocupaciones, temores y creencias de cada paciente acerca de la vacunación y tenerlas en cuenta cuando se disponen a vacunar al paciente.

Sin embargo, parece que hay ciertos argumentos a favor de la vacunación difíciles de rebatir, o, enfocando la cuestión desde el otro ángulo, ciertas ideas en contra de la vacunación fácilmente rebatibles porque se han demostrado que son falsas. Estas ideas suelen ser esgrimidas frecuentemente por quienes están en contra de vacunar a sus hijos o a sí mismos.

  • Las enfermedades ya habían comenzado a desaparecer” antes de la introducción de las vacunas debido a la mejora de las condiciones higiénico-sanitarias. Si bien es evidente que los avances en dichos ámbitos hicieron que en muchos lugares la incidencia de las enfermedades contra las que hoy nos vacunamos descendiera, ni mucho menos estaban erradicadas ni controladas, un control que sólo llegó tras las campañas de vacunación masivas.
  • “La mayoría de las personas que enferman han sido vacunadas”. Esto puede ser explicado por dos factores. En primer lugar, ninguna vacuna tiene una eficacia del 100%, y por razones relacionadas con las características propias de cada individuo, no todas las personas vacunadas desarrollan inmunidad. En segundo lugar, en muchos países las personas vacunadas son muchas más que las que no han sido vacunadas, por lo que cuando hay una epidemia es fácil que el número de personas enfermas que sí recibieron la vacuna sea mayor. Pero mientras que seguramente la totalidad de no vacunados sí enferma, un número muy bajo de vacunados lo hará.
  • “Existen “lotes defectuosos” de vacunas asociados con un número mayor de incidentes adversos y defunciones que otros. Los progenitores deben averiguar los números de estos lotes e impedir que sus hijos reciban vacunas pertenecientes a los mismos”. Según el Centro de Prevención de Enfermedades, la existencia de un informe de un incidente adverso tras la vacunación no implica que el acontecimiento haya sido causado por la vacuna, sino que puede haber muchos factores relacionados.
  • “Las vacunas ocasionan numerosos efectos secundarios perjudiciales, enfermedades e incluso la muerte, por no mencionar los posibles efectos a largo plazo que ni siquiera se conocen aún”. Ya hemos hablado de los efectos adversos de las vacunas, la mayoría de ellos leves. Antes de administrarlas a nuestros hijos, es conveniente que nos informemos sobre cada vacuna en cuestión, especialmente de los posibles efectos adversos y cómo actuar ante ellos. Pero existen muy pocas pruebas que vinculen la vacunación con problemas de salud permanentes o con fallecimientos. Los acontecimientos más graves son muy poco frecuentes, tanto, que de algunos no es posible evaluar el riesgo de forma exacta. En cuanto a las defunciones que se pueden atribuir de forma plausible a las vacunas son también tan escasas que es difícil evaluar estadísticamente el riesgo. Los expertos en salud aseguran que es mucho más probable que la salud de un niño se vea gravemente afectada por alguna de las enfermedades contra las que previenen que por cualquier vacuna.
  • “En mi país, las enfermedades evitables por vacunación se han eliminado virtualmente, luego no es necesario que vacune a mi hijo”. Ya vimos que la globalización actual, la facilidad para viajar, es otra razón que haría que las enfermedades que sí están presentes en otras partes del mundo se trasladaran con facilidad a nuevos ámbitos si la población no está vacunada. A pesar de que las vacunas hayan reducido la incidencia de la mayoría de las enfermedades evitables por vacunación a niveles muy bajos en la mayoría de los países, algunas de estas enfermedades aún son frecuentes (incluso epidémicas) en otras partes del mundo. Cuantas menos personas vacunadas haya contra la enfermedad,más fácil será que se produzcan contagios.
  • “La administración simultánea a un niño de varias vacunas para enfermedades diferentes aumenta el riesgo de efectos secundarios perjudiciales y puede sobrecargar el sistema inmunitario”. Pero los datos científicos disponibles indican que la vacunación simultánea con vacunas múltiples no ocasiona ningún efecto perjudicial para el sistema inmunitario normal del niño. Se han realizado estudios para analizar los efectos de la administración simultánea de diversas combinaciones de vacunas y éstos han mostrado que las vacunas recomendadas son tan eficaces en combinación como de forma individual y que las combinaciones no aumentan el riesgo de incidentes secundarios adversos.

Volveremos sobre estos puntos más adelante, ideas falsas extendidas acerca de la vacunaciónque se dan por válidas en muchos ámbitos como argumentos contrarios a las vacunas pero que, como tampoco las ideas que hablan de los beneficios de las vacunas, no deberían aceptarse sin cuestionárselos como verdades absolutas.

Obesidad en niños pequeños: cómo se controla


La obesidad infantil es un problema creciente y preocupante desde hace unos años. Sin embargo, lejos de solucionarse, los pediatras estamos observando cómo el problema se está haciendo mayor con el paso del tiempo.

En una serie de posts estamos comentando los principales aspectos de este cuadro, con el fin de acercar a cualquier padre y madre (ó persona interesada en este tema) toda la información necesaria que le permita afrontar (mejor prevenir) esta situación.

En este post por fin llegamos a la conclusión de la serie, comentando los principales aspectos relacionados con el control y tratamiento de este cuadro, con el fin de ofrecer una serie de principios que ayuden a enfocar el control de este cuadro, tan importante en los niños pequeños.

En las siguientes líneas comentamos la utilidad de las dietas en la edad infantil, los pilares del tratamiento de la obesidad, el papel de la cirugía, los fármacos.

¿Son útiles las dietas en la obesidad infantil?

El uso de dietas restrictivas (es decir, las que restringen el aporte de calorías) puede ser peligroso ya que los niños necesitan un adecuado aporte energético y nutricional para su desarrollo..

El mayor problema de las dietas es exactamente el mismo que en los adultos, el peso se recupera si no se cambian los hábitos de vida, y se corre el riesgo de que sean deficitarias.

Las dietas suelen reservarse sólo a los casos graves en los que ya existen complicaciones y el niño debe perder peso con cierta rapidez, para reducir el riesgo de dichas complicaciones. En estos casos y de forma más intensa, debe ser el pediatra el que controle todo el proceso.

Cómo controlar la obesidad infantil

El niño debe seguir una dieta normal, completa y variada pero acorde a su edad, junto a la realización de ejercicio moderado. Lo ideal sería conseguir un cambio de hábitos (comer alimentos con más valor nutricional y con más fibra y promover el ejercicio suave, sobre todo basado en la práctica de juegos en equipo o con grupos de niños).

Los niños tienen la ventaja de que al estar creciendo, por lo que su índice de masa corporal (IMC)tiende a normalizarse con el simple hecho de mantener el peso o incluso aumentarlo muy lentamente. Es decir, en muchos casos basta con que el niño juegue más con amigos, de forma que mantenga un adecuado nivel de actividad.

La pérdida de peso debe ser siempre lenta (0,5Kg a la semana como máximo) y se recomiendan objetivos de pérdida de alrededor de un 10% del peso inicial. Con esa pérdida el niño nota una clara mejoría y se puede intentar mantener un tiempo hasta proponer una nueva pérdida.

Es muy importante que el niño entienda que debe comer una cantidad adecuada a su edad y talla, con alimentos ricos en nutrientes (frutas, verduras, carnes y pescados variados y huir de los alimentos preparados y la bollería) y hacer ejercicio acorde con su edad (lo ideal son los deportes en equipo, donde el niño se divierta jugando con sus compañeros).

Esos son los dos pilares del tratamiento de la obesidad. Sin este planteamiento cualquier dieta o abordaje está condenado al fracaso.

Medicamentos y cirugía para la obesidad infantil

La cirugía y los medicamentos anti-obesidad no deberían usarse en general en la edad pediátrica. En casos extremos y en adolescentes se pueden plantear tratamientos farmacológicos con sibutramina ó el orlistat, fármacos con un elevado número de efectos adversos peligrosos y que, en el caso de la sibutramina, además no se recomiendan antes de los 16 años de edad. Otros tratamientos farmacológicos también son de riesgo, y nunca deberían considerarse en niños pequeños.

La cirugía bariátrica sólo se puede plantear en adolescentes y sus riesgos son muy elevados y desconocidos a largo plazo, por lo que nunca es una opción en niños pequeños.

En los casos en los que el origen de la obesidad es un proceso de fondo como un síndrome, el tratamiento será algo más específico, aunque por lo general las recomendaciones nutricionales se aplican igualmente.

Seis consejos para adquirir hábitos de higiene en la infancia


La higiene es un importante problema de salud en muchas partes del mundo con dificultades para el acceso a buenas condiciones de vida, pero en nuestro entorno también olvidamos a veces lo importante que es para la salud unos buenos hábitos de higiene ya desde la infancia.

Un informe publicado por la entidad de la Organización de Naciones Unidas para la InfanciaUNICEF titulado “School Sanitation and Hygienes Education” (“Sanidad escolar y educación en higiene”) reveló que una tercera parte de la población mundial tenía dificultades para el acceso a la satisfacción de la higiene básica, y los niños son los más vulnerables a los riesgos implicados.

Según los expertos de UNICEF el proceso de inculcar hábitos higiénicos en los niños se facilita si se tienen en cuenta seis consejos básicos que deberán seguir los padres y los educadores:

  • Predicar con el ejemplo, tanto en la higiene personal como en la del hogar. Como en todos los aspectos de la vida, los niños aprenden de nosotros y con nosotros.
  • Inculcar hábitos desde pequeños, nunca es pronto para enseñarles. Repetir y repetir y repetir el por qué de la higiene, sus beneficios, las consecuencias de no mantenerla…
  • Regularidad. Ciertos hábitos deben repetirse diariamente, incluso varias veces al día, otros con mayor periodicidad…
  • Entorno propicio. Los artículos de higiene personal deben estar al alcance de los niños: jabón, pasta dental, papel higiénico, etcétera. Esto no significa que, sobre todo al principio, los padres debamos estar junto a los niños, supervisando sus actuaciones y enseñándoles a usar bien dichos artículos.
  • El aseo debe ser grato. No amenazar con castigos, sino mostrarle los beneficios que obtendrá. Hacer de lavarse los dientes o la hora del baño momentos entretenidos.
  • Creatividad. Si un método para crear hábitos higiénicos no da resultado, además de pacientes, debemos ser creativos e inventar tácticas nuevas. No dejar de inventar canciones, bailes, probar a bañarse o a limpiar el cuarto con música…

Siguiendo estos consejos será más fácil que los niños adquieran hábitos de higiene en la infancia, creciendo de este modo más saludables y manteniéndolos a lo largo de su vida.